En primer lugar, procedimos a la localización de las fotos existentes del retablo de la parroquia de San Miguel.
Una vez localizadas las imágenes, empezamos su digitalización.
Posteriormente, se retocaron las fotografías, se ajustó la iluminación y se limpiaron pequeñas taras y manchas.
Hecho esto, se definieron exactamente los bordes y límites del retablo.